El efecto del calentamiento del planeta, con el aumento de la temperatura como consecuencia de los gases de efecto invernadero, se está sintiendo en planos como el económico, ambiental y social en Panamá.
Expertos que se reunieron en el Panel intergubernamental sobre cambio climático que tuvo lugar en noviembre del año pasado en nuestro país, confirmaron la vulnerabilidad de América Central a los desastres por la acción del hombre y el calentamiento global.
Según la Estrategia internacional para la reducción de desastres de la Organización de las Naciones Unidas, el nivel del mar está registrando un aumento de dos centímetros cada 10 años.
Desde esta perspectiva es factible que con el cambio climático haya una mayor frecuencia de huracanes. José Manuel Pérez, coordinador nacional del programa de Pequeñas donaciones en el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD), reconoció el efecto "dominó" en Panamá por el aumento en la temperatura del planeta y debido a causas como por el mal manejo en desarrollos hoteleros en las costas y a la destrucción de manglares.
El manejo no sostenible en las costas o en sitios de reproducción está influyendo en el recurso pesquero que tiene el país.
La participación del sector pesquero en el Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá durante el primer trimestre del año fue del orden de los US$84,8 millones en 2008, de US$81,7 millones, en 2009, y de US$66,6 millones, en 2010, según datos preliminares de la Contraloría General de la República.
Con la expansión de los meses de verano, y otros cambios relacionados con el cambio climático, se está afectando también la producción agropecuaria.
Pérez considera que la mayor dificultad está en que Panamá no cuenta con una adecuada adaptación al cambio climático y que el Estado no desarrolla políticas públicas para reaccionar frente al fenómeno.
Se refiere a medidas como los cambios en los modelos productivos, para adecuarse a las condiciones climáticas que se van a presentar. Sistemas usados en otros países como la agroforestería sirven para crear mayor resiliencia o capacidad para absorber los impactos.