El olor a pixbae cocido agarró todo el internado del sector de El Varital en la ciudad de David, donde 20 estudiantes de la comarca Ngäbe Buglé esperaban que estuvieran listos para comérselos como almuerzo.
Las constantes goteras y el silencio de la mañana hacían el ambiente propicio para seguir leyendo las fotocopias que tenían en sus manos, estos estudiantes universitarios saben que la única fórmula para vencer la pobreza es la educación superior.
Salir de la comarca Ngäbe Buglé para estudiar es un reto solo para valientes. La crítica condición económica de sus padres y los enlodados caminos no han detenido a estos profesionales que aspiran ser abogados, docentes de ciencias humanísticas o de educación física.
Higinio Salinas, cursa el V año de estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Chiriquí y han sido los años más duros de su vida.
Muchas veces comen solo una vez al día, cuando tienen para comprar, y los fines de semana no les queda más alternativa que hacer trabajos de jardinería para mantenerse.
Al menos 70 dólares es el ingreso mensual que este futuro abogado necesita para cubrir sus gastos de alimentación, pasaje, ropa y universidad.
Estudiar con hambre no es fácil y mucho menos cuando sabe que su familia vive en Llano Ñopo, en la comarca y requiere mínimo 15 dólares para ir a verlos.
Cada uno de estos 20 estudiantes tiene una historia que contar, ellos recibieron una visita sorpresa que los hizo emocionarse, las lágrimas no se hicieron esperar cuando recibieron de parte de la gobernadora chiricana, Aixa Santamaría, más de 40 bolsas de alimentos, kit de limpieza y botellas de agua.
Además de una estufa nueva, pues la que usaban estaba carcomida por el óxido y solo le servía un fogón.
TESTIMONIO
"Es una situación de resistencia y perseverancia, pero aquí vamos adelante, mis compañeros y yo no tenemos una buena alimentación y a veces solo tomamos café porque no tenemos nada y nuestras familias son muy pobres", dijo Alberto Montero.