Cal Ripken Jr., de los Orioles de Baltimore, rompió un récord del béisbol profesional que se pensó jamás sería alcanzado. Un 6 de septiembre de 1995, en que su equipo enfrentó a los Angelinos de California, Ripken jugó su partido consecutivo número 2,131; lo que superó una hazaña de Lou Gherig que había durado 56 años. Ripken jugó 502 partidos consecutivos luego de ese día.