Aunque no era devoto y mucho menos creyente, cumplía con los designios del Señor. Se trata de Antonio Trejos, de 29 años, quien murió de un impacto de bala la madrugada de ayer y cuyo asesino aún no ha sido capturado.
Trejos era llamado "Chupampa" por quienes lo conocían y se ganaba la vida limpiando pescado, además salía alta mar a pescar.
Su sobrino, un niño de 7 años, al igual que todos los niños del Puerto Caimito, era su adoración; aunque no se le conoció mujer de asiento, tampoco tuvo descendientes, pero con los niños era un amor de Dios.
En los últimos días y en especial la noche del sábado, Trejos había comunicado a sus familiares que estaba enamorado y hasta llegó a asegurar que tenía novia.
La hermana mayor del difunto, Aura Magallón, explicó que su madre-que lleva homónimo nombre-lo adoptó desde que tenía 12 años, porque él se venía a jugar desde la ciudad capital con los otros 6 hijos que tiene.
Por esa condición, Trejos era más querido que cualquiera de los demás familiares.
Según los familiares de Trejos, éste se gradúo de albañil en la escuela vocacional de Chapala, hace varios años atrás, pero casi nunca llegó a ejercer lo aprendido.
|