La vida puede cambiar de un momento a otro. De pronto se te acorta y ya no es seguro que veas a tus hijos crecer, compres esa casa con la que soñabas y no disfrutes más tiempo con tu pareja; éstas y otras cosas se dejarán de hacer si no te haces la mamografía a tiempo.
La doctora en ginecología, Geneva González, explica que después de un autoexamen, la mamografía es esencial para la detección del cáncer de mama, que es la segunda causa de muerte en la mujer panameña.
Cabe destacar, que alrededor del 75% de los tumores mamarios no son malignos e incluye quistes, sacos de tejido llenos de líquido, etc.
Dichas males fibroquísticos o tumores mamarios benignos afectan alrededor del 20% de las mujeres entre los 20 y 50 años.
EL ENEMIGO SILENCIOSO
El mejor acto de magia, con catastróficos resultados. Así parece ser el cáncer de mama, que se distingue por ser un nódulo que va creciendo indoloramente y que se descubre al hacerse el autoexamen.
El cáncer de mama consiste en un crecimiento anormal y desordenado de las células de este tejido.
Aunque todas las mujeres somos propensas a padecer de este mal, asevera la Dra. González que hay una predisposición genética importante.
Se ha demostrado que si en el núcleo familiar algún miembro padece o padeció de cáncer mamario, aumentan las probabilidades.
Asimismo, añade la Dra. González que se hay una relación entre las comidas con alta cantidad de grasas y el cáncer.
Si el cáncer de mama se detecta temprano es curable en el 90% de los casos. Es importante señalar que una de cada 9 mujeres una vez en su vida sufre de cáncer de mama, pues puede suceder que lo tuviera y se le dio tratamiento o se le extirpó el seno y puede desarrollarlo nuevamente en ese o en la otra mama.
APRENDE A HACERTELO
De pie, desnuda, colocarse en medio de un buen espejo con las manos en los costados para examinar el contorno y forma de cada pecho.
Examinar bien la asimetría o igualdad de los pechos y ver si no hay hinchazón, desigualdad o enrojecimiento. Recordar que por lo general un pecho es más pequeño que el otro).
Tocar la punta de cada pezón y presionar para ver si sale líquido.
Colocar las manos en las caderas y flexionar los hombros hacia adelante para ver si la reacción de los dos pechos y pezones es igual, ver si la piel no se hunde o arruga.
Levantar las manos y colocarlas en la nuca, detrás de las ojeras, para observar los mismos cambios.
Detener suavemente un pecho con la mano del mismo lado y con la otra palpar cuidadosamente con la punta de los dedos en forma de espiral abarcando todo el pecho y de fuera hacia el pezón en todas partes del mismo. Hacer lo mismo con el otro pecho.
Hacer lo mismo pero levantando el brazo del pecho que se va a palpar.
Acostarse y estirando un brazo doblando el codo sobre y atrás de la cabeza, palpar el pecho desde la punta del pezón en círculos hasta el contorno del pecho utilizando los dedos y buscando la presencia de bolitas.
Palpar desde la axila hacia el pecho.
Repetir todo con el otro pecho.
LA PRUEBA DE VIDA
La mamografía es un estudio radiográfico especial para la evaluación de la mama, dice la Licda. Liliana Iglesias de la Clínica de Diagnóstico Ramauld.
Al 50% de las pacientes se les puede detectar en cáncer de mama en etapa precoz al hacerse la mamografía, y esto quiere decir, que entre más pronto se le dé tratamiento hay más probabilidades de tener una paciente sana, agrega la Licda. Iglesias.
Sobre el equipo utilizado, la Licda. Iglesias comenta que es especial para mamografía y se utilizan muy bajas dosis de radiación. Se coloca la mama en unas placas y se recibe una pequeña compresión, que puede causar algo de molestia, sobre el seno, la suficiente para expandir el tejido y verlo radiográficamente.
Los expertos dicen que la mamografía debe hacerse anualmente, después de los 35 años de edad.