EDITORIAL
Dos años de tormentas
Aunque el panorama político de la Nación no es nada halagador y que en dos años de gestión del actual Gobierno sigue proyectando más sombras que luces, al menos resulta positivo el llamado de la mandataria Mireya Moscoso y del nuevo presidente de la Asamblea Legislativa, Rubén Arosemena, para dejar a un lado las divisiones partidistas y aprobar las leyes que beneficien al país.
En un bienio el Gobierno no ha anclado en puerto seguro y al vaivén de furiosas olas se amenaza con el hundimiento de la economía por la incapacidad de quienes están obligados a ejecutar un presupuesto, pero que por la falta de idoneidad de funcionarios negligentes se produce el estancamiento de lo que debió ser una administración progresiva.
Observadores políticos le conceden una baja evaluación al gobierno actual, aunque se ha de reconocer que en regiones apartadas han tenido logros como las granjas de desarrollo sostenible, la reducción del déficit habitacional, y el inicio de la construcción de la línea de Oriente para suministrar agua potable en Panamá Este, el futuro puente sobre el Canal y las locomotoras que ya llegaron para modernizar la vía canalera.
Ayer a la Jefa del Ejecutivo se le notó aun afectada por la parálisis facial que le impide pronunciar con agilidad las palabras. El informe leído por la secretraría de la Asamblea destaca sobre todo un llamado al diálogo, porque en nada contribuye el que los políticos se coloquen obstáculos a cada paso.
Sin embargo su informe de realizaciones se ve empañado por los escándalos que han estremecido al gobierno y que hacen que el pueblo reclame cambios en el engranaje gubernamental.
La elección de Rubén Arosemena Valdés como presidente de la Asamblea también fue otra derrota al oficialismo y demostró la cohesión del grupo META que sumó otro voto para la oposición . Arosemena Valdés es un político joven que llena las expectativas y dueño de un gran futuro en el acontecer nacional.
Aspiramos que la mandataria Moscoso enderece las mentalidades torcidas que están en su gabinete y por el bien del país haga cambios estructurales, porque aún está a tiempo de sacudirse a funcionarios erráticos que no le hacen ningún bien porque no son idóneos en el cargo que ocupan.
Entendemos los problemas de salud que afectan a la mandataria, pero el mensaje presidencial debió proyectar más optimismo, porque este es un país sumido en la desesperanza. Cuando una nación está agobiada por el desempleo, la corrupción, la violencia armada y los suicidios, difícilmente vuelve a creer en promesas y los cantos de sirena oficiales.
Más que amargado se siente este pueblo que ha sido burlado por todos los gobiernos y que mira con escepticismo la poca credibilidad de los políticos con el engaño a flor de labios y el cinismo engañoso.
PUNTO CRITICO |
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