El entrenador mexicano, José Luis Sánchez Solá, renunció ayer al banco del Puebla tras el partido que los Pumas ganaron por 4-1.
Sánchez Solá planteó, abiertamente, su "odio" hacia el nuevo directivo que asumió el control del equipo.
El equipo quedó en poder del empresario, Ricardo Henaine, sobre quien pesa una suspensión de un año del fútbol mexicano, que terminará en septiembre.
"Si sigo en mi cargo, esta madre que tengo aquí dentro (odio) de alguna manera se la voy a embarrar al jugador", declaró Sánchez Solá.