Todos en este mundo, deseamos la felicidad. Pero nos hemos preguntado alguna vez ¿Qué es la felicidad? ¿Dónde la podemos conseguir?, ¿Cómo lo obtenemos?
Andamos de aquí para allá tratando de buscarla. Pensamos que si mejoramos nuestra forma de vivir, comprando un carro de último modelo, vistiendo los mejores vestidos, ampliando nuestra casa, etc., seremos felices.
Esto no nos dará la felicidad. La misma aparece de las acciones correctas que a diario realizamos con nuestro prójimo y ese corazón generoso que demostramos al ser solidario con quien lo necesita.
La felicidad no es el resultado de satisfacer nuestros deseos, es fruto de todo nuestro esfuerzo noble y de utilidad que le demos a nuestra vida.
La encontramos cuando decimos una palabra de afecto a quien quiere escucharla, la vemos en cada pensamiento noble. Surge de dar sin esperar nada a cambio.
La felicidad es el premio de los servicios prestados a nuestros semejantes, de todo el esfuerzo por cumplir con el mundo.
Es resumen, la felicidad es el ansia de dar.Seamos todos felices.
"Si dentro de ti está la raíz del amor, ninguna otra cosa, sino el bien, podrá salir de tal raíz", dijo San Agustín de Hipona.
Muéstrale mucho amo a todas las personas que están a tu alrededor. No dejes pasar el momento de decirles, sobre todo a nuestros seres queridos: Te quiero mucho.
Aprovechemos cada minuto de nuestros días para ayudarles, darle afecto, ternura, amor, comprensión. Que no nos pase como dice Celia Cruz en una de sus canciones: Cuando la gente se muere se dice que era muy buena.
Digamos todo ahora, hoy, dilo a los cuatro vientos. El amor se contagia, como se contagia una sonrisa.
No guardes en tu corazón rencor ni venganza. Derrama sobre los demás cosas positivas, cultiva un corazón bondadosa, trata a los demás con bondad.
Tus palabras de aliento provocan en otros la alegría de vivir y convivir.
Recuerda siempre que no hay mejor momento para demostrar todo nuestro aprecio, cariño y amor a nuestros semejantes que el HOY.
"Ciertamente el mundo nos devuelve lo que depositemos en él. Si reímos también ríe, y si lloramos aparece el reflejo con triste semblante". Orison Swett Marden
