Vilma Ortiz es una de las tantas mujeres que se dedican a trabajar entre los desechos que llegan al vertedero municipal de Playa Chiquita en La Chorrera, buscando metales y cualquier otro objeto que pueda vender.
La advertencia de que a los pepenadores se les prohibiría el acceso al vertedero y que incluso se utilizaría a la Policía Nacional para desalojarlos, fue un balde de agua fría.
De impedirles la entrada al vertedero, no tendrían otra opción de trabajo, aunque aseguran estar dispuestos a asociarse para que se les permita ser contratados por la Empresa Metropolitana de Aseo (EMAS), la cual controla ahora el vertedero.
En tanto, el alcalde de La Chorrera, Luis Guerra, y un representante de la empresa EMAS manifestaron que existe la posibilidad de que sean contratados, una vez se organicen en una sociedad.
Los pepenadores mantuvieron una reunión con el Alcalde de La Chorrera, con quien acordaron que no habrá ningún desalojo y que para el próximo jueves sostendrán una nueva reunión con un representante de EMAS.