Crítica en Línea
El cielo hermoso, la luz abundante, el clima templado, la alegría de la tierra son los factores poderosos para que el espíritu se sienta inclinado al optimismo, a la tolerancia, a la bondad.
La filosófica observación del sabio crítico, periodista, prosista, me permitió gustar su estilo prosaico. Entrar de lleno en el trozo que cito del artículo en cuestión estampado como título, tantas veces agitadas, de mayor o menor corrupción de los tiempos, y después de bien debatida, sucederíamos decirnos entre los recuerdos pasados, la actualidad y la esperanza futuras.
Las mujeres, según la observación también exacta de otro autor crítico, son las que forman las costumbres; así los hombres hacen las leyes, quedando igualmente por resolver la eterna duda de cuál de estas dos causas influye principalmente en la otra, a saber: si las costumbres son únicamente la expresión de las leyes, o si éstas vienen a producirse como reflejo de aquellos.
Parece lo más acertado en el creer que éste es un círculo sempiterno, en que quedan absolutamente confundidos "el principio y el fin"; pues si vemos muchos casos en que el legislador se limitó a formular las costumbres y las inclinaciones de los pueblos, también hay otros que en estos se vieron prevenidos por la atrevida mano del legislador.
De todos modos no puede negarse que la educación es la base principal que sustenta y modela casi a voluntad el carácter del hombre, y de aquí la importancia de las leyes que las dirijan; también habrá de convenirse en que las mujeres están llamadas por la naturaleza a prestar al hombre los primeros cuidados, a inspirarle que sus principales sensaciones, o desenvolver sus primeras ideas; la otra observación, o sea su influencia en el futuro desarrollo de la sociedad.
Todas estas y otras verdades se ven materializadas, por decirlo así en cada país, en cada ciudad, en cada casa. Mas cuenta Mesonero Romano que no todo es dado el apreciar distintamente el espectáculo que delante se presenta; no todos saben admirar sus causas, medir sus efectos, calcular sus consecuencias; el libro de todo le escriben, muy pocos son los que aciertan leer en él; y allí donde por lo regular se acaba en el horizonte del vulgo suele empezar el del filósofo observador.
Addison: "El tiempo se ve retrasado con exactitud en las generaciones vivas; de suerte que los viejos representan el pasado, los jóvenes el presente y los niños, el porvenir".