Quien lleve un atuendo ocueño, debe sentirse orgulloso, pues imagínese que elaborar una de estas piezas puede llegar a tomarle hasta un mes a las artesanas.
En medio del Festival Nacional del Manito de Ocú, que culmina hoy luego de cuatro días de jolgorio, conversamos con doña Siria Montilla de Maure, una artesana de esta región herrerana que lleva 40 años confeccionado montunos ocueños, con una técnica que heredó de su madre.
Doña Siria nos confesó que puede llegar a tomar hasta un mes la elaboración de una de estas piezas que representa uno de los símbolos más reconocidos de la cultura ocueña.
Lo más sorprendente es que las labores no se trazan en el lienzo de tela, sino que salen espontáneamente de la imaginación y la habilidad que con los años ha afinado esta señora, pues desde los 12 años trabaja con la aguja y los hilos "DMC", una marca industrial de hilos que son los que por regla deben usarse en la confección de esta pieza artesanal.
Pero hoy la oferta basada en la labor ocueña es variada.
Doña Siria, quien expone en fiestas y ferias del interior, estuvo en la fiesta de los manitos donde, junto a su nieta, montó un puesto de venta.
Allí ofreció desde cortes para trajes de damas, camisas con labores, vestidos para bebés, montunos para niños, pequeñas batas para niñas, e incluso suéteres a los que se les aplica labores geométricas que distinguen la vestimenta de esta región.
Vale la pena señalar que los colores tradicionales y que debe llevar toda pieza inspirada en la tradición ocueña son: blanco, azul, amarillo, naranja y rojo, cada uno con un significado especial. Por ejemplo, el rojo y el azul evocan los partidos liberal y conservador de nuestra época de unión a Colombia, y el blanco, símbolo de la anhelada paz.
Bueno, si usted no ha visitado Ocú, hágalo, de seguro que le soprenderá que en cada esquina encuentre una tradición.