Con un disparo certero en la cabeza lo pusieron a dormir eternamente.
Otilio Pérez, de 30 años, fue asesinado por sujetos desconocidos, a la 1: 50 de la madrugada de ayer, domingo.
La comunidad de Cerro Cocobolo, en San Miguelito, fue el último lugar que vieron los ojos de Pérez. En medio de un fuego cruzado lo ultimaron frente al minisúper 'San Andrés'.
Según los informes preliminares, el hoy occiso se encontraba dentro de su auto Toyota Corolla, color blanco, con matrícula 404268, en compañía de otro sujeto.
Fuentes extraoficiales revelaron que Pérez arremetió a punta de disparos contra un sujeto que lo puso a "beber de su propia medicina".
Se conoció que el acompañante de la víctima fue herido con un impacto de bala que no lo mató, pero le causó la muerte de su órgano sexual, según reveló una fuente allegada al Hospital Santo Tomás, en donde se mantenía recluido al cierre de esta edición.
Aparte del compañero del muerto, otros dos hombres resultaron heridos, pero están fuera de peligro.
A pesar que los residentes cercanos a la escena del crimen prefirieron guardar el Código del Silencio, los estamentos policivos tienen a un sospechoso plenamente identificado por algunos testigos que están colaborando en las investigaciones.
Al lugar del asesinato se llegaron unidades policiales y personal de la Fiscalía, quienes hicieron el levantamiento del cadáver a las 4:55 de la madrugada.
Dentro del vehículo se le encontró -al difunto- entre las piernas, una pistola calibre 3.80, marca Bersa, un cargador y una bala sin detonar.
Fuentes informaron que Pérez residía en la comunidad de Nuevo Belén, en Las Mañanitas, donde presuntamente había disparado contra otros de sus enemigos, en fecha pasada.
Según la base de datos de la Dirección de Información e Investigación Policial, el hoy occiso había sido varias veces detenido.
En el prontuario de Pérez se destaca una aprehensión en el año 2003 por posesión ilícita de arma de fuego.
Su segunda detención se dio en el año 2004 tras ser señalado por robo a mano armada.
Además, en el 2005, a Pérez se le hizo una investigación por un caso relacionado con droga.
Las autoridades encargadas del crimen descartan que el móvil del homicidio sea robo y se inclinan por la tesis de viejas rencillas.