La parte de la población delictiva de Barraza, en El Chorrillo, volvió a protagonizar sus rutinarios tiroteos a la 1: 30 de la madrugada de ayer, domingo.
Al parecer, los antisociales querían matarse por las mismas razones de siempre: lucha por delimitación de territorios, control de la venta de drogas y ver quién es el más malo.
Por suerte, en esta ocasión no hubo ninguna víctima mortal y sólo fue un susto entre los mismos delincuentes y el resto de los moradores, que no tienen nada que ver en sus rivalidades.
Según fuentes extraoficiales, los intercambios de disparos se registran cada vez que las autoridades les conceden permiso para hacer actividades hasta altas horas de la madrugada.