El jubilado Braulio Gálvez adujo ser víctima de una estafa por parte del letrado Carlos Rangel Catillo y sus dos hijos.
Alegó que desde el año 1997 buscó al jurista para que lo representara "en distintos procesos legales de tipo familiar, y al final lo que logré fue que se apropiara de mi residencia ubicada en Altos del Chase, corregimiento de Bethania, mediante procesos amañados".
Dijo que pasó largos meses en una prisión de máxima seguridad, en La Joyita, a la edad de 68 años, "por defender mis derechos al intentar tomarme la justicia por mis propios manos ante lo inoperante del sistema judicial, por intento de homicidio, del cual salí absuelto el 22 de octubre de 2007 por un jurado de conciencia, que al parecer es el único que me ha hecho justicia", reveló el jubilado.