Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada de la pelota criolla, en el cual nos sentimos emocionados, contentos, muy felices, brincando en un solo pie, pues lo que vivimos ayer con la participación de Irving Saladino, fue simplemente para la historia.
Saladino llegó, actuó y triunfó como lo saben hacer los grandes. Irving se bañó de oro, se vistió de gala, fue un elemento dorado, desde sus zapatos hasta su mentalidad. Solo los que nacen para ser campeones tienen esa voluntad, firmeza y dedicación.
Hoy festejamos, Panamá entera celebra el triunfo del colonense, el hijo de Cristina y David, el más grande deportista olímpico que haya visto este país. Ayer se dieron un abrazo dos grandes, fue como fusionar la historia o traspasar los méritos. Roberto "Mano de Piedra" Durán estuvo presente en el "Salto a la Gloria" y le dio un abrazo de hermano, de compatriota y de campeón a campeón.
No hay palabras, por más que se busque en la bitácora, por más que se escarbe, son pocas las que nacen, las que se reproducen en medio de un sentimiento que es netamente de felicidad.
Ayer, tuvimos la oportunidad de describir para todo Panamá, a través de RPC Deportes, y la emoción parecía desaparecer, pero hubo un momento en el cual las compuertas se abrieron y no hubo cómo detenerla.
Lágrimas, alegría, sonrisas, abrazos, todo eso fue parte de un evento deportivo para la historia. Primero fue Lloyd LaBeach con dos preseas de bronce, hoy, es Irving Saladino con su disco de oro.
¡SALTA PANAMA, SALTA IRVING!
El oro prometido está aquí, no hay marcha atrás, ahora la historia abre sus libros para anotar un nombre y una marca. Irving Saladino, el mejor de todos. ¡Gracias por tu esfuerzo! Gracias por darle a Panamá tan bella sensación de subir al podio y escuchar las notas del himno nacional
¡Viva, el béisbol!