Las patatas fritas de bolsa y caseras podrían contener una sustancia cancerígena denominada glicidamida, según comunicaron ayer científicos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM, en alemán).
Hasta la fecha, se conocía que la glicidamida era obtenida por el cuerpo al metabolizar el hígado la acrilamida, que es, a su vez, otra sustancia química que se encuentra en las patatas fritas y otros productos que han sido freídos a altas temperaturas.
Pero dicho estudio alemán ha confirmado algo que se sospechaba desde hace tiempo: que la glicidamida también se genera en la preparación de fritos.