CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, contribuyo al ruido excesivo innecesario

Nuestra población
es calificada como bullanguera, alegre y fiestera, no se sabe con exactitud
si por esa clasificación contribuimos diariamente al ruido excesivo
innecesario.
Sencillamente en un diálogo entre dos, algunas veces pareciera
que fuera para toda una muchedumbre, porque en vez de conversar se grita.
Esto provoca que terceras personas se enteren del tema o bien creamos la
desconcentración de los otros.
Si pasamos de la "escandalosa conversación" al entorno
comunitario, en especial los fines de semana, se acrecienta la guerra de
los aparatos de sonido entre una residencia y otra. Con esta práctica
se mide quién tiene la mejor música o qué aparato posee
la mayor fuerza en la fidelidad del sonido. Los que no participan en esta
competencia son los perjudicados alterando sus nervios y su tranquilidad.
Los desesperados automovilistas también ayudan al ruido innecesario
al hacer sonar sus bocinas por cualquier situación e inclusive en
"zonas de absoluto silencio" como los hospitales.
Es bueno recordar que los profesionales de la salud señalan que
la bulla afecta directamente el sistema nervioso del humano, por eso la
próxima vez que converse, escuche música o pite piense en
el bienestar de usted mismo y de los demás.
Finalmente y a pesar de que existen regulaciones sobre el ruido, la ciudadanía
hace caso omiso de las mismas. Si usted se considera un buen ciudadano no
contribuya a hacer ruido.

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