¿Cuántas nos hemos comenzado una nueva etapa en nuestras vidas llenos de bríos y ansias de trabajar, para luego irnos a pagando poco a poco, y quedar al final en piloto automático?
Hay personas realmente talentosas para lo que hacen. Tienen dones y habilidades que los hacen destacarse. Pero lo que los mata es la inconsistencia, la falta de tenacidad, las altas y las bajas inexplicables e injustificables. En un momento son insuperables, y al día siguiente su desempeño es del montón.
Para realmente producir lo que queremos, debemos consistentemente pensar y actuar de maneras productivas. Algunas veces los resultados vienen rápido pero la mayoría de las veces llevan más tiempo y hay que mantenerse en el rumbo y constantemente llevar a cabo las cosas que necesitamos hacer.
Lo mismo aplica para los comportamientos negativos. No nos ponemos gordos con una sola vez que no nos alimentamos correctamente. Un cigarro lo más seguro es que no nos va a matar, aunque pudiera, y el hacer un mal juicio de algo en algún momento muy rara vez arruinaría nuestro futuro. Pero llevar a cabo actividades insalubres y nada productivas, de forma prolongada y sostenida, con certeza casi siempre te llevarán a resultados catastróficos.
Los siguientes son algunos ejemplos para usar la consistencia de forma útil:
-Consistentemente llega a tiempo
-Consistentemente di la verdad y haz lo correcto
-Consistentemente cumple tus compromisos
A la gente le gustan las cosas predecibles, incluso a los inconsistentes. Cuando llegamos a un supermercado, esperamos siempre encontrar nuestro producto favorito en el estante en que estamos acostumbrados a hallarlo.
Lo mismo esperan de nosotros nuestros compañeros, nuestros jefes, nuestros clientes, nuestra familia y nuestros amigos. Tan sencillo como eso.
Si eres consistente en todos tus comportamientos y tus acciones encontrarás que es mucho más lo que recibes y logras cuando eres inconsistente.