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Antes que nada, pero sobre todo, debo felicitar a la presentadora, Susan Elizabeth Castillo, por la excelente conducción de su programa, Ciudad Desnuda, la cual dio al traste con el transportista que supuestamente atropelló y dio muerte a la joven Ilka Chérigo, lo que, a su vez, originó la escalada de operativos con que se pretende poner en cintura a los conductores del transporte colectivo y selectivo. Bien por ti, Susan.
Sin embargo, y a pesar de la trascendencia del caso en cuestión, allá afuera hay otros asesinos al volante que no son necesariamente transportistas de colectivos, sino, asómbrense, ¡conductores de carros particulares y de equipo pesado! Que en forma despiadada, cruel e inhumana, también atropellan y abandonan a sus víctimas a su suerte, sin que el largo brazo de la ley los pueda -o quiera- alcanzar.
Pero además de esos asesinos, hay otros - los más en realidad - a quienes en verdad no les importa un comino con las autoridades, siendo ellos aquellos conductores cuyos vehículos circulan totalmente en violación a los reglamentos de tránsito, destacándose, principalmente, faroles delanteros y traseros quemados, direccionales que no funcionan, luces de pilotos quemados en un montón de equipos pesados, camiones de carga transportando material sin la lona reglamentaria, amén de las chatarras que con letreros de "taxi" pretenden brindar un servicio "de lujo". |
