Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre sí mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre financiera y un nuevo sentimiento, a veces injusto... el amor.
Según la trabajadora social, Alma de González, la depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes.
"Cuando hay duda en los padres de que el niño o el joven pueda tener un problema serio, un examen psiquiátrico puede ser de gran ayuda" afirmó.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Algunos síntomas del suicida
Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
Quejarse de ser una persona mala o de sentirse "abominable".
Lanzar indirectas como: "no les seguiré siendo un problema", "nada me importa".
Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
Uso de drogas o de bebidas alcohólicas.