Ocho consejos útiles para poner en práctica a la hora de vestirse para un día laboral.
Nunca se olviden el motivo para el cual están eligiendo la ropa: usarla para trabajar. Si la idea es hacer negocios, la clave es "estar presentable".
Gastar en trajes buenos, con buen corte. Pero clásicos, para que duren más de una temporada. El look moderno puedes darlo con los accesorios, las camisas, los zapatos o el peinado.
Elegir unos que no se arruguen mucho. Ante todo, pensar en la practicidad. Si estás todo el día en la oficina, y el material es muy "arrugable", seguramente llegues a la tarde algo descuidada.
El infaltable: un buen traje negro que siempre te salva. Si lo usas con un top abajo, te sirve para una salida directa del trabajo, ya sea un cóctel, cena, o happy hour con la gente que trabaja contigo.
Las faldas no deben ser muy cortas. Son incómodas y no dan una imagen muy seria. Además, ya no se usan.
Los zapatos son sumamente importantes. Hoy en día, el mercado ofrece gran variedad, y unos buenos pueden darte el detalle. Siempre deben estar limpios, sanos y lustrados. Si te mueves mucho, no te recomiendo los que son muy altos.
Las botas, una buena inversión. Son cómodas en todo sentido, y te protegen del frío.
Siempre hay que tener el cabello limpio y cuidado. Si es muy "desordenado o rebelde" te recomiendo atarlo bien. Las manos también deben estar cuidadas: uñas limpias, bien cortadas y pintadas con un color tranquilo.