La invasión de flores importadas en nuestro país, esta mermando la venta y el precio de las nacionales.
Aunque muchos piensan que éste, es un bello y lucrativo negocio, la realidad es que necesitan del respaldo y protección para poder entrar a otros mercados.
Para los expertos en floricultura, el futuro de la producción nacional depende de las exportaciones que se combinarían con la venta local.
Lo distante de los aeropuertos, el poco apoyo de la banca local para desarrollar estos proyectos y la carencia de una valoración aduanera, marchitan esta posibilidad.
Wilberth Ramírez, floricultor con más de 30 años de experiencia, destacó que durante seis años luchan para que el gobierno nacional establezca una valoración aduanera realista para recuperar los impuesto perdidos y dar protección a la producción nacional.
Algunos importadores declaran menos del valor aduanero real, "hay quienes declaran 5 dólares por una caja de flores que cuesta 100 dólares", sólo la caja alcanza ese precio.
Destacó que esto hace que el 15% de protección arancelaria que tiene la actividad nacional sea invisible, en vista que sólo es un mínimo porcentaje de lo poco que declara el importador.
"El negocio ha dejado de ser rentable", tal como se corta una flor se han recortado los ingresos a la mitad por la presencia de las flores importadas.
Las flores nacionales no representan ni el 30% de la venta total, el resto corresponde a las importadas.
Agregó que en países como Costa Rica, la banca local destina el 10% de su cartera para actividades agrícola.