Hace ya un tiempo, en el año de 1823 para ser más exactos, el presidente Monroe de Estados Unidos (EUA) enunció la Doctrina que lleva su nombre, la cual consideraba que en las Américas había un sistema político diferente del vigente en las monarquías restauracionistas europeas. Por ello, los EUA interpretarían toda tentativa del Viejo Mundo por recuperar o extender su influencia en el Nuevo Mundo, como peligrosa para su paz y seguridad.
Esta declaración ha sido tan exitosa que hasta nuestros días se hacen diferencias geográficas como si se tratara de otro continente. Muchos panameños, sobre todo los latinos, tienden a llamar americanos únicamente a los ciudadanos que viven en Estados Unidos, cuando se entiende que todo aquel que viva entre Canadá y Argentina es, por nacimiento, un ciudadano americano.
Lo mismo ocurre con los países europeos, ya sea Francia, Italia o Alemania, pues todos los ciudadanos que nazcan en ese continente deben considerarse europeos.
¿Podremos acabar con una doctrina que ya pronto cumplirá 200 años? En manos de los educadores está definir claramente que todos somos americanos. Hay que en enseñarles a los estudiantes que América es un continente que nos pertenece a todos y que es más que un pedazo de tierra, es el alma de las naciones que algún día se unieron al sueño de Bolívar de unificar el continente.
Si en verdad eres un buen ciudadano, toma nota de este escrito y enséñale a tus amigos no es correcto hablar de americanos para referirnos a los norteamericanos. |