Un angelito partió hacia al cielo después de compartir tres meses con seres humanos que llegaron a amarlo más que su propia madre.
Carlos Iván nació el 8 de mayo del 2005 y falleció el 8 de agosto, tres meses después, en una de las cunas del Hogar San José de Malambo, en Arraiján.
"En el Hogar ha quedado un vacío en el corazón de todos los que llegaron a conocer al bebé, y a mí me gustaría hacerme amiga de la madre de Carlitos, porque ella necesitará mucha ayuda", sostuvo Sor Isabel, quien amablemente contó a "Crítica" cómo fueron los últimos días del niño.
El bebé llegó al Hogar Malambo el 27 de julio. Su estado de salud era estable y no presentaba ningún problema.
Desde ese momento se le buscó una cunita en la "Casa de Bebé", que fue su hogar hasta el día en que falleció.
El día de su muerte, lo había llevado temprano al Hospital del Niño a recibir tratamiento para sus quemaduras, contó la religiosa.
Cuando llegaron del hospital, ya había tomado su mamadera y la encargada de cuidarlo lo puso en una cunita para que descansara hasta que llegara el tiempo necesario para darle nuevamente de comer.
Transcurridos algunos minutos, fueron a verlo en la cuna para darle la mamadera, y vieron al bebé que no daba ningún tipo de respuesta .
Inmediatamente se dio aviso de una emergencia a través de los intercomunicadores, solicitando un carro para llevar el bebé al doctor.
Una secretaria ofreció su carro y trasladaron al niño a la Policlínica de Arraiján, en donde el doctor dijo que no había nada que hacer porque el niño ya había fallecido, narró con voz entrecortada Sor Isabel.
Posteriormente, llegó al lugar personal que efectuó el levantamiento del cadáver.
El caso de Carlitos es de tipo judicial.
Desde que el bebé fue lanzado en una letrina, a la que luego le prendieron fuego, el caso está en manos de un Juzgado de Niñez, y es de allí de donde debe salir la decisión de lo que se hará con el cuerpo del niño, explicó la monja.
Sin embargo, las monjas han puesto a sus órdenes un espacio en el cementerio ubicado cerca de Ciudad del Futuro, en Arraiján,
"Crítica" recorrió el lugar donde Carlitos pasó sus últimos días de vida, y junto a él estuvieron otros pequeños que también tienen sus propios problemas.
En el Hogar Malambo está vacía su cuna, y quedan los juguetes con los que las encargadas de cuidarlo lo entretenían para que fuera pasando horas de normalidad junto a otros niños.
Para todos los que brindaron su ayuda a ese angelito, las gracias eternas por tener tan buen corazón y ayudarlo a pasar unas mejores horas.
Para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo, será inolvidable su mirada y su tierna sonrisa, que nos enseñó a luchar por la vida.
Sin embargo, Dios sabe lo que hace.
Que descanses en paz, Carlitos.
NACIDO PARA MORIR: CARCEL PARA LA MADRE
La comunidad de Villa Luchín, en tocumen, no olvidará el día en que encontraron un bebé quemado dentro de la letrina de una casa. Por este hecho, la madre del pequeño, Adriana Grenal, se mantiene detenida. Ahora su hijo ya no está, pero ella tendrá que enfrentar a la justicia.