A mis manos llegó recientemente un libro titulado "Peña Blanca: Su historia, su gente y la festividad de San Antonio de Padua", de la autoría del poeta Gustavo Batista Cedeño, en asocio con el profesor Melquíades Villarreal Castillo.
La obra es un estudio socioeconómico, geográfico, cultural, histórico y religioso del poblado de Peña Blanca, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Las Tablas, en la provincia de Los Santos.
Además de hacer una relación genealógica de las principales familias que habitaban esa comunidad y de los hechos históricos acontecidos en la región desde los tiempos coloniales, Cedeño y Villarreal ahondan en la fe religiosa de aquellos pobladores devotos de San Antonio de Padua.
Esa devoción y el intenso fervor religioso que perduran hasta hoy y las transformaciones sufridas por el templo parroquial desde sus inicios, obtenidos a través de testimonios personales y una minuciosa investigación bibliográfica, dan a la obra un realismo completo y un estilo interesante.
En sus páginas se menciona a los primeros sacerdotes españoles llegados al Istmo, dedicados a propagar el cristianismo en esas lejanas tierras. Allí resalta, ya en la modernidad, la figura de Monseñor José Dimas Cedeño, actual Arzobispo de Panamá, nacido en Peña Blanca.
Según datos logrados por los autores en los Archivos de India, hacia el año 1774, poblaban el sitio de Mensabé y Peña Blanca, 118 habitantes que vivían en 25 casas.
La obra, sin embargo, refleja además el deseo de preservar la identidad y los valores de un pueblo que se resiste a perder su patrimonio cultural y religioso, como lo explica Sergio González Ruiz en un breve introito: "estas páginas han sido escritas para satisfacer el anhelo de perpetuar lo nuestro, nuestra herencia que se nos va, se nos escapa, con la partida de los viejos hacia la eternidad y la afluencia constante de elementos e influencias extrañas que le van quitando el gusto y la fisonomía a nuestras costumbres y a nuestras tradiciones".