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Las cuadrillas de rescate hallaron, por lo menos, a siete cadáveres entre los restos de un avión militar estadounidense que se estrelló con 10 personas a bordo, contra una montaña en Puerto Rico.
El jefe de los servicios de emergencia declaró que hay escasas esperanzas de encontrar sobrevivientes.
''Con la destrucción del fuselaje que pudimos observar, no creemos que podamos encontrar algún sobreviviente'', dijo Rafael Guzmán, director ejecutivo de la Agencia Estatal de Manejo de Emergencia.
El avión, un Hércules C-130 de carga, volaba en medio de lluvia y neblina cuando cayó el miércoles en un área boscosa cerca de la ciudad de Caguas, a 32 kilómetros al sur de San Juan.
El avión quedó en pedazos al caer y algunos escombros se incendiaron, dijo Guzmán en entrevista telefónica.
El avión, perteneciente a las Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea, realizaba ejercicios de aterrizaje y despegue desde la base naval Roosevelt Roads, dijo el teniente coronel Nicolás Britto, portavoz de las Fuerzas Especiales del Comando Sur.
El Comando Sur tiene allí su base, donde se coordina las actividades de las Fuerzas Especiales en Latinoamérica y el Caribe.
Unos 20 militares llegaron al lugar del accidente y según el comandante de la Policía municipal de Caguas, Rubén Olán Báez, en las próximas horas decidirían el método de rescate.
Vecinos del lugar dijeron a la radio y la televisión que con el impacto el avión se partió y que había pedazos del fuselaje y cadáveres esparcidos en el área.
Los vecinos dijeron también que vieron al avión estrellarse e incendiarse. |
