Desde los púlpitos del Vaticano hasta la primera plana de los diarios y los consultorios médicos, varias voces en Europa expresaron el miedo y horror, así como una tolerancia atemorizada, ante los planes de crear los primeros bebés clónicos.
Mientras científicos en Washington acribillaban a preguntas a dos colegas que consideran la clonación como el próximo paso natural para un mundo nuevo, la condena más fuerte a esta tecnología provenía del Vaticano. "De cierto modo, Hitler se adelantó a su época con respecto a varios sucesos en el mundo contemporáneo", dijo el cardenal Joseph Ratzinger, jefe del departamento de doctrinas del Vaticano.
Ratzinger, un alemán que vivió la Segunda Guerra Mundial siendo un adolescente, dijo que era "aterrador" que algunas de las naciones que derrotaron a Hitler estuvieran considerando abrirse a las prácticas "antihumanas". En Washington, los médicos Severino Antinori y Panayiotis Zavos dijeron que procederían con sus planes de clonar niños para parejas infértiles. |