Pareciera ayer cuando recibimos la infausta noticia del fallecimiento del ingeniero Kaiser Bazán.
Hoy, a un año de este trágico suceso, vienen vividos a nuestra memoria los hechos acaecidos en aquella lluviosa tarde del martes 8 de agosto de 2006, tras compartir como era el sello distintivo de su amistad con varias personas, durante la toma de posesión de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón.
Retumba en mis oídos 365 días más tarde, esa conversación telefónica jovial con Kaiser, cuando recalcó que aunque era un mensajero costoso era tan eficiente o quizás más que FEDEX, y agregó, el encargo fue entregado personalmente, con la consiguiente satisfacción de la receptora.
Puntualizó Kaiser que estaba cayendo "un palo de agua", finalizando la conversación. La tercera de ese día. "Hablamos en la noche" me dijo.
Menos de media hora más tarde, lo que en su momento podía interpretarse como un chiste de mal gusto, resultó ser una triste realidad, dura de creer y difícil de comprender.
Pero luego de una verdadera amistad con Kaiser, heredada de su padre J.D. Bazán, mi compadre, en medio del dolor por la partida inesperada del amigo, reflexioné sobre su permanente lealtad ciudadana y su compromiso familiar.
Su dedicación al credo de su Alma Mater, la Academia Militar de West Point, y el de la Universidad de Stanford, su convicción de una amistad, no negociable, fueron algunas de las dotes que identificaron su personalidad.
Sin embargo, aunque, el ex vicepresidente Bazán, no habría llegado a las siete décadas como indica la Biblia. No hay duda que para el Divino Hacedor el amigo Kaiser habría sembrado muchas y variadas plantas durante su transcurrir terrenal.
Esto obliga nuestro reconocimiento como un homenaje póstumo en las Bodas de Plata (XXV años), de Expocomer, Vitrina del Comercio Mundial, EXPO-CAPAC-2006, la Placa de la Asociación de Usuarios, entregados a doña Maribel de Bazán y el homenaje póstumo de CAPAC, para hoy miércoles 8 de agosto.
Nos corresponde a nosotros ahora enarbolar la bandera de la Patria que siempre mantuvo en alto este insigne panameño, para concretar sus sueños y el ideal de lograr un futuro promisorio para todos los panameños.