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Sin compromiso
Amett Pérez K.
Crítica en Línea
Examen de suficiencia. Hace dos meses y tres semanas escribí una columna que denominé: Comisarios ¿malos... o ciegos?, y en este momento no me queda más que manifestar, lo que varios han pensado, pero no se han atrevido a decir: "que se les realice un examen de suficiencia, principalmente con un oftalmólogo, para conocer cómo está la visión de los señores de la pagoda. Digo lo anterior, con todo el respeto que se merecen, porque sé que dos de los tres actuales comisarios tienen avanzada edad, aunque ese factor necesariamente no quiere decir que se tenga problema con la vista, debido a que esto no se trata de una cuestión de edad, pero sería saludable que se les examinara, tanto a los que fungen como tal, de seguir en el cargo, como a los que luego los sucedan, para poder descartar de plano esa posibilidad de que uno o varios tengan problemas de visión. Considero que con decir que no se está de acuerdo con uno o algunos de los fallos que vienen dando los comisarios, y no hacer nada al respeto, por ejemplo, en el caso de los miembros de la Comisión Nacional de Carreras, porque ya es tiempo que las autoridades hípicas actúen y se dejen de hablar y hablar, por el bien de esta actividad. Es más, soy de la opinión que la Junta de Control de Juegos debe seguir las actuaciones de todo aquel que ocupe el cargo de comisario en el Hipódromo Presidente Remón, y observar si son buenas, aceptables o malas, o si, en el último caso tiene algún problema físico. Pienso que así como a los boxeadores veteranos o retirados que vuelven a los tinglados se le exige que pasen una examen físico de suficiencia, también a los comisarios, que es el caso que nos atañe, deben ser evaluados no solamente en cuanto a su trayectoria y conocimientos en materia hípica, ya que nadie absolutamente nadie, puede afirmar o negar que los actuales o los que vengan, gozan de una excelente o buena visión, si no son examinados por un especialista en la materia. Recuerden señores, que en las carreras de caballos, lo que se juega es dinero, y de nada le sirve a los apostadores que jugaron un caballo, que fue víctima de una pésimo fallo por parte de los comisarios, y luego estos en su reunión comprobaron que el mismo fue malo. Como dicen los hípicos: "nadie te va a devolver tu dinero perdido injustamente, ni mucho menos el que dejaste de ganar". También se perjudica a los dueños, jinetes y preparadores de un caballo que fue estorbado en una carrera y los comisarios no bajaron al causante del mismo, en lo que respecta a los premios que se reparten en determinada prueba hípica.
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Recuerden señores, que en las carreras de caballos, lo que se juega es dinero, y de nada le sirve a los apostadores que jugaron un caballo, que fue víctima de una pésimo fallo por parte de los comisarios, y luego estos en su reunión comprobaron que el mismo fue malo. Como dicen los hípicos: "nadie te va a devolver tu dinero perdido injustamente, ni mucho menos el que dejaste de ganar". También se perjudica a los dueños, jinetes y preparadores de un caballo que fue estorbado en una carrera y los comisarios no bajaron al causante del mismo, en lo que respecta a los premios que se reparten en determinada prueba hípica.
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