El programa nuevo de Ciencias Sociales de la Educación General Básica le da un espacio privilegiado a la historia de Panamá, como es natural. Además reitera la necesidad de estudiar no sólo la historia de Occidente, sino también la de Asia y Africa.
Desde hace 50 años hemos entrado en la era de la independencia global. Lo que ocurre en las naciones más lejanas puede tener un impacto sobre nuestras vidas. Por muchos motivos a los panameños nos conviene conocer la historia de otras naciones. También es necesario que la historia de Panamá se estudie en el contexto de la historia universal. La historia de S. Bolívar no se podrá apreciar cabalmente si no se establece un paralelismo con la historia de la Era de Metternich y la política exterior de los gobiernos de Londres y Washington que se opusieron a las ambiciones colonialistas de la Santa Alianza en América. Y el análisis del proyecto de ley de la neutralidad del Istmo que presentó Justo Arosemena al Congreso de París (1856), y la neutralidad del Mar negro. Otra estrategia metodológica recomendable es la de establecer nexos y comparaciones entre los acontecimientos del pasado y los del presente para despertar mayor interés en los educandos. Si las pirámides fueron una de las siete maravillas del mundo antiguo, hoy tenemos en Panamá una de las maravillas de la ingeniería del siglo XX. Ambas fueron construidas por dos poderosos Estados. Las pirámides de Giza no utilizaron la mano de los esclavos como decían los textos anticuados. En aquella época de la IV dinastía no existía todavía en Egipto la institución de la esclavitud. Si en la historia de Grecia admiramos las cariátides del Erecteón, en América tenemos las indiátides en nuestras iglesias coloniales.
¿Dónde es localizan las de Panamá? Si los romanos crearon el cargo del ombudsman en la antigüedad, los panameños ya lo tenemos desde que se nombró al Dr. Italo Antinori. Comparemos las atribuciones de cada uno.
Los estudiantes tienden a pensar que los sucesos históricos tuvieron que realizarse indefectiblemente tal como ocurrieron. Ignoran así el principio de la aleatoriedad que rige en la historia, y el carácter impredecible de la conducta de los hombres. Pasan por alto el hecho de que cuando hay que tomar una decisión se presentan varias opciones, por lo general. Al docente le corresponde aclarar estas situaciones. Estimulemos el análisis crítico del estudiante. Confrontémosle con interrogantes que lo hagan pensar. ¿Qué hubiese sucedido si los dirigentes de Acción Comunal no hubieran seguido adelante con la consigna del golpe del Estado en 1931? También podemos inducir a nuestros alumnos a reflexionar sobre la personalidad de los actores y los dirigentes de la sociedad para que analicen cómo influyeron en los acontecimientos históricos. Destaquemos personalidades ejemplares como las de Justo Arosemena, Mahatma Ghandi y Martín Luther King. Y analicemos también las figuras de los grandes genocidas como Hitler y Stalin.
Es loable el esfuerzo del Ministerio de Educación al consultar ese asunto del currículum con los gremios de los docentes y los profesores de nuestras universidades. |