|
La capital colombiana sufrió ayer su segundo colapso del transporte colectivo en cuatro días, después de soportar el jueves pasado el mayor atasco de circulación de su historia ante la protesta de taxis y autobuses que no aceptan los nuevos horarios restringidos.
Miles de ciudadanos tuvieron que llegar a sus oficinas o lugares de trabajo a pie, en vehículos particulares, en bicicletas o, incluso, en patines y carruajes de tracción animal. Los casi 80.000 taxis, autobuses y colectivos que no salieron a las calles protestan por una norma de "pico y placa" (por la hora punta del tráfico y el último número de la matrícula), de la Alcaldía Mayor.
La restricción se aplicará a los vehículos de servicio público dos días por semana, entre las 05:00 y las 21:00 horas, según dispuso el alcalde Antanas Mockus. Las restricciones del "pico y placa" se aplican desde hace tres años a los autos particulares.
A diferencia del jueves y viernes pasados, este lunes no hubo clases en colegios oficiales ni privados y hoy es festivo por lo que hoy es "puente" y por tanto no hay mayores perturbaciones para la vida cotidiana.
La Policía Metropolitana fue reforzada con agentes de la Policía de Carreteras y de la Policía de Cundinamarca, departamento del que Bogotá es capital, que fueron ubicados en lugares estratégicos para impedir que se produzcan bloqueos o actos violentos.
Unos 3.000 policías y personal de la Fuerza Disponible, unidad antimotines, recorren desde el domingo en la noche la ciudad, mientras mandos castrenses han admitido que en caso de ser necesario, Bogotá sería militarizada. |
