VARIEDADES

CRIMENES
Esquiando hacia el desastre

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Max Haines

Bárbara Piotrowski conoció a Richard "Dick" Minns en Aspen y las cosas fueron rápidamente cuesta abajo desde entonces.

Ninguna rubia tonta, nuestra Bárbara, sus notas en el colegio eran todas A. El día en que conoció a Dick en las laderas, estaba tomando cursos premédicos a la noche. Cuando se conocieron en 1977, Dick tenía 48 años. En ese fatal día de enero, le contó a Bárbara que tenía una cadena de centros de salud en Tejas con su oficina central en Houston. Tampoco Dick era tonto. Era fanático por la salud y se le notaba. Dick Minns tenía el cuerpo de un dios griego.

Bárbara quedó impresionada, aunque un poco dudosa, por el status financiero de su nuevo amigo. Cuando terminó su estadía en Aspen, la pareja convino en intercambiar números telefónicos. Bárbara volvió a California y sus estudios en UCLA; Dick a Tejas y sus clubs de salud.

En unas pocas semanas, Dick estaba en el teléfono implorando a Bárbara que se reuniera con él en Aspen en marzo. Inicialmente, ella se resistió a la invitación, pero gradualmente cedió. En Aspen la pareja fue inseparable. Pronto se hicieron amantes. Ambos estaban completamente intrigados uno con el otro.

Dick le insistía a Bárbara que se mudara a Houston y viviera con él. Ella podría continuar sus estudios de medicina allí. Afirmaba que no podía vivir sin ella. Por su parte, Bárbara nunca había conocido a nadie como Dick Minns. El era la respuesta al sueño de toda mujer. Se mudó a Houston.

Lo que Dick olvidó decirle a Bárbara era que estaba casado, bien casado por los últimos 25 años, y era el orgulloso padre de tres hijos. Su hija era mayor que Bárbara. Su esposa Mimi era una socia activa en su negocio de los clubes de salud.

Dick había empezado en el juego de la propaganda y se había cambiado al negocio de los clubes de salud cuando esa industria estaba en la infancia. Poseía 32 clubes a través de los Estados Unidos y empleaba a más de 1000 personas.

Dick le dejó saber a Bárbara que había estado casado y le presentó a sus hijos. Tuvo el coraje de decirle que estaba divorciado. De alguna manera se las arreglaba para pasar dos o tres noches por semana con Bárbara. Los amigos estaban sorprendidos del modo abierto en que llevaba a cabo su amorío. Durante algún tiempo, ni Mimi ni Bárbara supieron de la existencia de la otra.

Poco a poco, Dick fue revelando la verdad. Le dijo a Bárbara que no estaba exactamente divorciado; estaba legalmente separado. Ella aceptó eso.

Ese verano Mimi descubrió lo de Bárbara. En unas semanas, le informó a Dick que pediría el divorcio. Por razones financieras, él le rogó que siguiera casada con él. Podrían llegar a algún tipo de arreglo que no fuera el divorcio. Mimi finalmente obtuvo el divorcio y se alejó con más de 5 millones de dólares como su parte del negocio.

Mientras tanto, Bárbara estaba instalada en una moderna casa en el elegante Ethan’s Glen.

Dick le expresaba amor eterno, pero constantemente demoraba el matrimonio. Algunas veces la pareja tenía acaloradas discusiones. De acuerdo a Bárbara, Dick le había pegado en un par de ocasiones. Finalmente, ella no pudo soportarlo más. Se mudó, llevándose el contenido de la casa con ella. Ese fue un gran error.

Cuando Dick llegó a la casa vacía. Se puso lívido. Inmediatamente acusó a Bárbara del robo de sus muebles. Si alguna vez una rosa perdió rápidamente su encanto, lo mismo ocurrió con este par de amantes. Bárbara intentó reconstruir su vida. Dio clases de aerobismo para mantenerse y continuar sus estudios en la Universidad de Houston.

El 20 de octubre de 1980, Bárbara se detuvo en el estacionamiento de un negocio de rosquillas. Hizo su compra y retornó a su Firebird rojo. Un hombre se inclinó por la ventanilla abierta del vehículo, blandiendo un revólver. El hombre disparó cuatro veces. Las cuatro balas dieron en la espalda de Bárbara.

Por una casualidad, oficiales pasaban en su patrullero. Uno incluso presenció el tiroteo. Vieron al pistolero saltar a un Cadillac conducido por un segundo hombre. Los oficiales los persiguieron y al mismo tiempo pidieron una ambulancia por radio. Después de una corta cacería, el Caddy chocó contra un poste. Los dos hombres escaparon a pie. Los asesinos por contrato Patrick Steen y Nathaniel Ivery fueron aprehendidos mientras se escondían en un campo cercano.

Mientras tanto, Bárbara estaba soportando una cirugía de emergencia, la cual salvó su vida. Dos de las balas le habían cortado la médula espinal. No sentía nada desde la cintura para abajo y se le dijo nunca volvería a caminar.

Steen e Ivery dijeron a los detectives que habían sido contratados por un tal Bob Anderson para matar a Bárbara Piotrowski.Tenían que recibir 4.000 dólares cada uno.

Bob Anderson fue rastreado por su intermedio, se supo que un detective privado, Dudley Bell, había contratado a Anderson para arreglar el asesinato. Bell también había sido contratado para hacer una investigación en profundidad sobre Bárbara por nada menos que Dick Minns. Cuando el humo se disipó, Patrick Steen y Nathaniel Ivery fueron acusados de intento de asesinato. Ambos hombres solicitaron un arreglo. A cambio de testificar contra el hombre que los había contratado cada uno recibía una sentencia de 35 años de prisión.

Llevó más de seis años el atrapar legalmente a Bob Anderson. En 1987 fue convicto de incitación al asesinato y sentenciado a 38 años en prisión. Dudley Bell fue convicto del mismo cargo y recibió la misma sentencia que Anderson.

Bárbara se enteró que el Departamento de Policía de Houston tenía conocimiento, por medio de un informante, de que ella era el blanco para un asesinato mucho antes que el tiroteo tuviera lugar. Le siguió juicio al departamento de policía por 50 millones de dólares. El caso está todavía por resolverse. También le siguió juicio a Dick Minns en una acción civil y le han sido concedidos 32 millones de dólares, pero hasta aquí, no ha recibido ni un centavo.

Dick Minns nunca fue acusado criminalmente del intento de asesinato. Jamás se presentó a la corte, pero es representado por abogados de alto precio. Se cree que se ha despojado de todas sus posesiones en los Estados Unidos y ahora vive en el extranjero.

En cuanto a Bárbara Piotrowski, ya no existe más. Para borrar su vida pasada, cambió su nombre por el de Janni Smith. Se las arregló para convertirse en una extraordinaria atleta en silla de ruedas, ganando varias maratones.

En 1982, se involucró profundamente en una investigación conducida por el Dr. Jerrold Petrovsky, quien estaba experimentando con electrodos asegurados a las piernas controlados por una computadora. Usando el método de Petrovsky, en 1983 Bárbara en realidad caminó. En 1985, esta valerosa mujer completó la maratón de Honolulu. Desde entonces Janni Smith ha recibido varios honores por su trabajo con los discapacitados.

El 30 de noviembre de 1991, la muchacha que fue tiroteada en la espalda cuatro veces, la muchacha a la que se le dijo que nunca caminaría de nuevo, se casó con su médico. Ella ahora es la Sra. Jannu Petrovsky.

 

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