Los bomberos Paraguay cifran ya en 250 el número de víctimas mortales, en su mayor parte por asfixia, que se registraron al incendiarse ayer un hipermercado de Asunción en el horario de máxima concurrencia.
"La mayoría de la gente que ha fallecido fue por inhalación de gas tóxico y la quemadura en la mayoría de los casos fue posterior, y si hubieran podido salir no habríamos llegado a esta desgracia", afirmó Hugo Onieva, capitán de los Bomberos Voluntarios de Paraguay.
Onieva sugirió que una de las peores tragedias que han sacudido a este país pudo haberse evitado si el local, de la cadena Ikúa Bolaños, no hubiera sido bloqueado por los responsables, según los testigos, para evitar actos de pillaje cuando se desató el incendio.
La última cifra fue anunciada poco después de que la Fiscalía ordenase la detención preventiva del propietario de la cadena de supermercados, Juan Pío Pavía, ante la posibilidad de un delito de "homicidio culposo, lesión grave y otros hechos punibles".
Testigos y medios de comunicación dijeron que el local, que tiene un área de restaurante en el supermercado, no cuenta con salida de emergencia y que las puertas de acceso fueron cerradas por los guardias ante el temor de un pillaje.
Pavía rechazó categóricamente la denuncia y aseguró que lo ocurrido se trató de una "verdadera desgracia".
Todo comenzó alrededor de las 11:30 hora local (15:30 GMT) en el Patio de Comidas del local, cerca de las cocinas, después de que se registraran dos explosiones por causas aún no confirmadas. Había en el local entre 400 y 700 personas.