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  SUCESOS

CRIMINALES VIOLADORES SEXUALES
Depredadores de sueños
Las historias de violaciones sexuales son desgarradoras, pero cuando se trata de niños, el asunto alcanza otros ribetes de condena social. La prevención debe iniciar en el hogar con advertencias a los menores.

Rosangélica Conte y Yessica Miranda B. | Crítica en Línea

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Cuando se trata de una persona mayor de edad, las sanciones son diferentes. Lo importante es que las mujeres denuncien el hecho.

Las niñas y los niños pueden alcanzar las estrellas, pero el abuso sexual les rompe el firmamento.

Hoy, estas líneas ocupan un testimonio lleno de dolor y rabia de una madre que descubrió que su niña fue víctima de incesto.

El incesto ha sido tradicionalmente definido como la relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio. Sin embargo, el significado también contiene aspectos como: cualquier acto sexual donde la persona adulta obligue a la niña o al niño a mantenerlo en secreto; Cualquier contacto sexual que puede ser directo, pero que no involucra necesariamente la penetración.

VICTIMA DE LA LUJURIA
Lili es una niña cuyos cinco años de edad no fueron barrera para la lujuria del tío, un hombre que hoy está libre y a quien las autoridades sólo le fijaron una fianza.

No estaba tipificado que tocar las partes íntimas de una criatura que aún no ha abierto los ojos a la vida, fuera un delito penal. Por eso su agresor está libre.

PERFIL DE UN LUJURIOSO
Juan, el lujurioso y detractor de inocencias, es casado y padre de dos niños. Acaba de purgar condena de seis años por robo.

Es primo hermano de la madre de la menor agredida sexualmente. Vive en Arraiján. Pertenece a una familia numerosa que se aglomera en su mayoría, en una barriada.

LA CONFESION: ¿COMO SE DESCUBRIO EL ABUSO?
La niña dijo a sus amiguitas mayores que no quería jugar con su tío porque le hacía "cositas" y la tocaba.

Las niñas, una de doce y otra de trece años, dijeron a su cuñada lo que Lili les había dicho.

La tía cuestionó a la pequeña para que le dijera lo que le estaba ocurriendo. "Él me llama a jugar cuando no está su mujer y me toca a mí y a otra amiguita".

La tía y la desesperada madre no soportaron la confesión y se lanzaron como fieras para que les rindieran cuentas, pero él y su esposa lo negaron todo.

GRITO DE IMPOTENCIA
La angustiada progenitora fue al forense quien aseguró que la niña fue tocada; a la niña le introdujeron el dedo.

El hombre, según se conoció, se masturbaba frente a la pequeña.

Con esos hechos, la madre acusó a su primo hermano ante la Policía pensando que allí harían justicia.

¡El violador sólo pasó un mes preso y pagó mil dólares de fianza!, aseguró una madre llorando, por lo que considera injusto ante lo que tuvo que vivir su niñita.

"Ahora, él se pasea por la casa con una pistola y nos amenaza diciendo que se la vamos a pagar. Mi hija tiene miedo y ya me pidió mudarse; la policía asegura que no puede hacer más nada", dijo.

REALIDAD PANAMEÑA
Desde la infancia, los padres de familia le dicen a las niñas: "no te dejes tocar tus partes de nadie; si alguien lo hace, no dudes en contármelo".

Los peligros que a diario enfrentan las integrantes del sexo femenino, van aumentando con los años.

Panamá no escapa de esa realidad en donde los delitos sexuales son constantes. Mujeres de diversas edades, raza y de cualquier estrato social, acuden ante las autoridades asegurando ser víctimas de acoso sexual, violación carnal o de algún acto libidinoso.

"Ninguna mujer que sea víctima de una violación carnal, debe ser condenada por la sociedad, porque ella es una víctima más de la violencia".

Algunas callan y tratan de enterrar el hecho, pero otras rompen el silencio y se enfrentan a ese hecho que marcará sus vidas para siempre.

ARCHIVO DE VIOLACIONES
"Julia" (nombre ficticio, pero hecho real) fue violada sexualmente. Sus agresores fueron conocidos con los que compartía una noche de discoteca. Al parecer, los muchachos la sedaron, saciaron sus instintos y la dejaron abandonada en una calle. Julia contó lo sucedido a sus padres. Los violadores hoy están presos.

¿COMO IDENTIFICAR EL DELITO?
Una violación carnal se registra cuando una persona obliga a otra a tener sexo en contra de su voluntad. En este hecho se incluye penetración en la vagina, la boca o el ano de la víctima. No siempre el uso de la fuerza es preponderante en una violación, sino también la intimidación y las amenazas verbales. También es una violación sexual cuando la víctima está imposibilitada para defenderse, sea que se encuentre en estado inconsciente, con alto nivel de alcohol o bajo otra sustancia ilícita que no le permita razonar debidamente, cuando la víctima sea una menor de 14 años de edad o esté incapacitada mentalmente para acceder al acto sexual.

El encargado de la División de Delitos Contra la Libertad Sexual de la PTJ, el detective Juan Henríquez González, afirmó que los casos de violación sexual no son altos en Panamá.

Generalmente los casos que se tratan son mujeres entre los 13 a 35 años de edad. En un gran número de los casos los agresores suelen ser conocidos.

Las estadísticas de la PTJ a nivel nacional hasta el pasado mes de junio, revelan que en la institución han entrado 305 denuncias de violación carnal, 104 de actos libidinosos, 77 de estupro, 55 de intento de violación y 4 de acoso sexual.

¿DONDE DENUNCIAR?
Para denunciar una violación carnal, no se bañe ni se cambie de ropa antes de llegar a las autoridades para no eliminar evidencias que servirán a las autoridades para detener al agresor; vaya al Centro de Recepción de Denuncias de la PTJ.

En los casos de menores de edad, la legislación panameña realizó algunos cambios para proteger a los menores de cualquier manifestación de explotación sexual, entre las que se menciona que se sancionará con tres a cinco años de prisión y con 50 a 150 días multas, a quien induzca, promueva o facilite la corrupción de un menor de edad, incapaz o con discapacidad mental.

Cinco a diez años de prisión cuando la víctima sea una persona menor de 14 años que esté en situación vulnerable que no le permita defenderse y que el hecho se ejecute con violencia o por medio de engaño.



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