En Panamá ha surgido un fenómeno sociológico curioso. Son personas expertas en todo, en cualquier tema, del cual hablan como si fuesen estudiados en esos asuntos. Los podemos llamar "todólogos", o sea gente que sabe o pretende saber de todo. Y que no tiene pepitas en la lengua para dar su opinión sobre mil y un temas... aunque usted no se lo haya pedido.
Entre los "masters" en "todología" del patio tenemos a varios taxistas.
No mas usted se ha sentado en el taxi, y ya el "todólogo" comienza un rosario de argumentos para sustentar su posición, sobre el tema del momento.
Antes del dos de mayo, el tema preferido era el de las elecciones. Las empresas expertas en encuestas se quedaban chiquitas ante la sapiensa de los taxistas "todólogos".
Le recitaban los últimos datos de sus propios sondeos de opinión. Algunos se atrevían hasta sugerirle que votara por tal o cual candidato.
Luego de los comicios, los "todólogos" continúan con su labor de opinadores sin diplomas. Es más, convierten en "chicha de piña" a doctores y licenciados que hablan en la radio y televisión por las mañanas.
A veces es realmente emocionante encontrarse con uno de estos taxistas "sabe-de-todo". Le llenarán la cabeza con argumentos que tal vez nunca hubieran pasado por su mente.
Pero no crea que los "todólogos" panameños están solamente entre los taxistas.
Los puede encontrar haciendo cualquier tipo de oficio. Por ejemplo, hay expertos en todo entre los jardineros, empleadas domésticas, y uno que otro vendedor de periódicos.
También se les encuentra en los sitios donde se reúnen las personas jubiladas, desempleadas, o cualquiera que no tiene algo productivo que hacer.
Cuando encuentre a un "todólogo" hay que seguir ciertas reglas, para no pasar un mal rato.
Lo principal es no contradecirlo. No se atreva a tener una posición contraria, porque le va a ir mal. Tendrá que aguantarse una perorata aburrida y larga.
La otra regla es no querer introducir usted nuevos argumentos, aunque tengan la misma idea. El "todólogo" es una persona con un ego súper inflado y sólo acepta sus palabras, aunque sean disparatadas.
Quizás ahora con el TLC podremos exportar "todólogos" hacia Estados Unidos.