La explosión de una granada que fue arrojada desde un coche en marcha hirió al menos a 18 personas el domingo en una abarrotada zona comercial del centro histórico de Praga, pero las autoridades checas dijeron que pensaban que fue un acto criminal y no un atentado terrorista.
Un portavoz del Departamento de Emergencias de Praga dijo que 18 personas resultaron heridas, incluido un niño. Cuatro de los heridos están graves y el resto recibió tratamiento en el lugar de la explosión.
"Esto no fue un ataque terrorista, no fue una bomba", dijo el vicealcalde de Praga, Rudolf Blazek.