La idea de establecer un régimen especial para la región del Arco Seco, seriamente golpeada por la sequía y los desajustes climáticos de los últimos años, debe ser considerada de prioridad por el Estado panameño, para recuperar el potencial agrícola y ganadero que históricamente ha tenido esa franja territorial de nuestro país, de manera que se logre al mismo tiempo aliviar la situación de pobreza e incertidumbre que ya está alarmando a los miles de habitantes de la población allí establecida desde los días de la colonia.
Extendida sobre la costa del litoral Pacífico, entre la península de Azuero y Punta Chame, esta zona produce, según datos recientes, el 30 por ciento de los alimentos que se consumen en el territorio nacional, por lo que su abandono ocasionaría un serio vacío en los ingresos nacionales y un desplazamiento de sus pobladores hacia otras regiones.
Hay que establecer políticas de incentivos claras y con retorno de las inversiones, sin que ocurran los incidentes de la sustitución de cultivos de años anteriores.
Es importante subrayar que esta zona está bañada por caudalosos ríos que salen de la cordillera central y desaguan en el Pacífico, lo que bien manejado en época lluviosa garantiza el recurso agua, vital para la explotación agrícola y ganadera.
Urgen acciones de protección de las cuencas hidrográficas que ayuden a mantener el régimen de precipitación pluvial en las tierras altas, de manera que abastezca de agua el área costera. |