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El Papa Juan Pablo II ofreció ayer la misa para proclamar santo al indio Juan Diego.  |
El Papa Juan Pablo II canonizó ayer a Juan Diego Cuauhtlatoatzin como el primer santo católico indígena, en una ceremonia en la capital mexicana en la que el ritual cristiano se mezcló con la música y símbolos prehispánicos.
En el colorido y multitudinario acto litúrgico en la Basílica de Guadalupe, al norte de la Ciudad de México, el Pontífice también abogó por las etnias locales. Tras recibir el saludo de miles de mexicanos que se lanzaron a las calles a ver su paso, el Papa, de 82 años y quien visita México por quinta vez, fue ovacionado a su ingreso a la Basílica para la ceremonia de canonización de Juan Diego.
"Declaramos santo al beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin y lo inscribimos en el tratado de los santos", dijo el Papa entre los aplausos de la multitud que llegó hasta el templo. Una parte de las lecturas sagradas del evangelio se realizó en náhuatl, la lengua indígena que hablaba Juan Diego.
"Es necesario apoyar hoy a los indígenas en sus legítimas aspiraciones, respetando y defendiendo los auténticos valores de cada grupo étnico", dijo el Papa. "México necesita a sus indígenas y los indígenas necesitan a México". Con su canonización, Juan Diego, a quien según los católicos se le apareció la Virgen de Guadalupe en el siglo XVI, se convirtió en el primer santo indígena de América.
Sin Juan Diego, la Iglesia Católica tal vez no hubiera podido atraer a millones de indígenas en México hacia la fe de los conquistadores españoles representada por la Virgen de Guadalupe, por mucho, el mayor ícono católico del país. |