El viaje en la pequeña lancha fue corto y placentero. Durante el trayecto nadie pronunció palabra, es que la ruta que conduce hacia Isla Colón es cautivadora e hipnotizante, sobre todo para quienes la visitan por primera vez.
Fue como estar un instante en la hermosa Venecia. La imagen se hace cada vez más real cuando la lancha se acerca a la isla. Hermosos hoteles flotantes de estructura moderna y antigua y un enorme caserío de lujosa maderería se van formando a la vista.
Isla Colón es como una ciudad que navega sobre el mar. Ya en tierra pensarías que estás en otro continente. Esa es la impresión, porque donde dirijas tu andar te tropezarás con italianos, franceses, rusos, ingleses... Muchos son residentes y otros están de paso. Un nativo comentó “ Isla Colón es tierra de extranjeros, ellos aquí han construido su familia y la sienten más de ella que su propia gente”.
Desembarcamos a las 10: 30 a.m. En la entrada del desembarque y embarque de pasajero nos recibió con una amplia sonrisa el Sr. Leoncio Guerra, del Departamento de Saneamiento Ambiental, un hombre fortachón y de fácil reír.
Inmediatamente, el equipo de veterinarios del Departamento de Protección de Alimentos (DEPA) del Ministerio de Salud inició su tercer día de trabajo en Bocas del Toro, para dar marcha a la caravana de la salud.
El tiempo se hizo corto. Isla Colón, aunque pequeña pero importante como zona turística, al igual que Isla Bastimento e Isla Carenero, cuenta con aproximadamente 95 locales comerciales, 50 de ellos son restaurantes de propiedad de extranjeros. Ahora en la isse ha incursionado en la ganadería.
Montados en una estrecha lancha el equipo de veterinarios del DEPA se arriesgó a atravesar un manglar que conduce hacia una pequeña plancha en construcción. Ahí los médicos le plantearon al ganadero y dueño de la finca, las condiciones sanitarias que debe cumplir el lugar antes de iniciar el descuartizamiento de bovinos. Visitaron otra, pero ya en tierra firme.
De regreso, el guía comentó que el turismo crece en la isla en septiembre cuando bajan viajeros que proceden en su mayoría del Viejo Continente, igualmente son atraídos mexicanos, argentinos, chilenos.
“ Quizás el Gobierno no sabe el pedacito de paraíso que tiene en sus manos, pero los extranjeros sí. Ya se está pensando en habilitar un puerto para el atraco de cruceros”, advirtió.
Los empresarios norteamericanos han ofrecido millonadas para adquirir hectáreas de agua y tierra, hasta manglares inhóspitos. Pero los nativos no quieren vender, aseguró el guía.
“ Esta tierra tiene su encanto, no sé si es por su gente, el clima, el mar, la comida o sus aguas cristalinas”, agregó orgulloso.
Cuando el reloj marcó las 12: 00 md, aún el equipo trabajaba en la verificación sanitaria de uno de los restaurantes de la isla, donde el Dr. Alcides Jaén, la Dra. Cedeño y el Dr. Faustino Sánchez explicaron a los manipuladores las normas básicas sanitarias. Así sucesivamente, la caravana peinó la isla.
Al caer la noche, nos alejábamos de ella dejando atrás, pero grabadas en nuestra mente, imágenes de un bello paraíso panameño, que quizás muchos no saben que existe.