Las distancias, el mal estado de los caminos y lo costoso que resulta movilizarse hacia los centros hospitalarios, son algunas de las razones por las cuales las mujeres que residen en las zonas montañosas del distrito de Capira ponen su confianza en las manos y destreza de los parteros.
Roberto Benítez es uno de los tres parteros que existen en la comunidad de Dos Aguas, uno de ellos es una mujer.
Benítez tiene ya seis años de dedicarse a atender partos, añadiendo que su preocupación es poder ayudar a las mujeres, principalmente de aquellas familias que difícilmente pueden costear los B/.40.00 del pasaje hacia el Hospital Nicolás Solano de La Chorrera y aún menos, pagar su estancia en el centro médico.
Reconoce que es una labor difícil, especialmente cuando al momento del nacimiento los niños presentan una posición de pie o atravesados, por lo cual debe echar mano de las enseñanzas que recibió de su abuelo.
No obstante, existen casos en donde se requiere la atención de un médico y sólo a través de la cesárea es posible lograr el nacimiento del niño.
Benítez indica que se toma la previsión de “tantear” a las mujeres unas ocho horas antes del nacimiento para determinar posibles problemas, sin embargo, es aún más difícil el traslado al hospital, especialmente en época de lluvias cuando deben ser cargadas en hamacas por largas distancias y caminos enlodados.
Afirma Roberto Ramírez que durante los seis años como partero son más de 30 los niños que ha ayudado a nacer, sin que por el momento haya pasado por la experiencia de alguna muerte, aunque sí serias complicaciones en las madres como son las hemorragias antes de la labor de parto y la retención de la placenta.