La publicación de informes militares estadounidenses filtrados al sitio de internet Wikileaks revela aspectos no antes conocidos de la guerra en Afganistán.
Hasta ahora se han publicado 75.000 de los 90.000 y el fundador de Wikileaks indicó que los otros 15.000 saldrán también a la luz "cuando la situación de seguridad en Afganistán lo permita".
La información proviene mayoritariamente de anotaciones hechas por soldados y oficiales de inteligencia desde la línea de combate, una especie de bitácora de batalla que revela detalles de los operativos realizados por las fuerzas internacionales lideradas por EE.UU. (ISAF).
Los registros filtrados incluyen descripciones detalladas de operativos efectuados por una unidad secreta estadounidense de operaciones especiales, llamada Task Force 373, contra lo que autoridades de Estados Unidos consideraban blancos insurgentes y terroristas de alto valor.
Algunos de los operativos provocaron la muerte de civiles afganos, algo que no se deseaba, de acuerdo con los documentos.
Entre los que aparecen como muertos a manos de la unidad secreta está Shah Agha, descrito por el Guardian como un agente de inteligencia de una célula de dispositivos explosivos improvisados, el cual murió junto con otros cuatro hombres en junio de 2009. Otro era un combatiente libio, Abu Laith al-Libi, descrito en los textos como un alto comandante militar de al-Qaida.
El operativo contra al-Libi, efectuado en junio de 2007, dio como resultado varias muertes, que un documento militar estadounidense dice incluyeron a seis combatientes enemigos y siete que no lo eran... todos niños.
Por su parte, el Ministerio de Defensa del Reino Unido aseguró que consultaría sus propios archivos para verificar la veracidad de lo publicado.
REACCION DE LA CASA BLANCA
La Casa Blanca, a través de su portavoz, Robert Gibbs, advirtió ayer que los registros militares estadounidenses secretos sobre la guerra en Afganistán, filtrados recientemente a un cibersitio, son ilegales y tienen el potencial de poner bajo riesgo físico a las tropas de Estados Unidos y sus aliados en ese país.
Gran Bretaña y Pakistán se han unido a la Casa Blanca para condenar la difusión de los documentos secretos hasta ahora. El Gobierno de Afganistán dijo el lunes que está sorprendido por la filtración informativa, pero insistió en que la mayoría de los datos no son nuevos.
El diario Guardian reportó que más de 2.000 altos personajes del Talibán y al-Qaida se encuentran en una lista de ''matar o capturar'', conocida como Lista de Efectos Priorizados Conjuntos (JPEL, por sus siglas en inglés).
Según The New York Times, se trata de una compilación de informes de campo en Afganistán que apuntan a que los servicios de inteligencia paquistaníes ayudaron secretamente al movimiento talibán en Afganistán al mismo tiempo que Islamabad recibía más de 1.000 millones de dólares anuales de Washington por su ayuda contra los insurgentes.
Además, agrega que estos documentos apuntan que Pakistán "permite a representantes de sus servicios secretos reunirse directamente con los talibanes en sesiones secretas de estrategia para organizar redes de grupos militantes que combaten a los soldados de EE.UU. en Afganistán, e incluso traman planes para asesinar a líderes afganos".