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CUARTILLAS
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Igual

Por: Milcíades Ortíz Jr. | Catedrático

C on motivo de actos violentos cometidos por estudiantes de secundaria y universitarios hace semanas, varias personas me preguntaron mi opinión. Me sonreí y les dije que no me llamaba la atención.

Me pasé la mano por mi cabellera llena de canas. Les dije que los años vividos no me hacían sorprender ante estos hechos.

En la cara de algunos vi sorpresa y asombro. Tal vez esperaban diatribas contra los jóvenes con pasamontañas, lanzadores de botellas de gasolina, expertos en tirar caninas con biombos hechos en fábricas.

Eso tiene su explicación. Pertenecí a una generación de estudiantes del Instituto Nacional, que protestó mucho en las calles, pidiendo "más escuelas y menos cuarteles". Debo confesar que se "tiraban piedras" se volteaban carros y algunas veces, los quemábamos.

No nos tapábamos la cara, porque en los años sesenta no existía el mal ejemplo de los palestinos que pelean contra los judíos y se cubren el rostro.

(Aclaro que en esta época no había cámaras que filmaran a los jóvenes para después identificarlos).

Huelgas han existido en Panamá desde más de cincuenta años, según puedo recordar.

Incluso en la Universidad se dieron movimientos violentos contra el rector Narciso Garay, dirigidos por el Frente de Reforma Universitaria. También el movimiento que culminó con el Pacto de la Colina, en el año cincuenta y ocho.

Recuerdo que una vez los universitarios nos tomamos el campus por un mes.

Confieso que habían algunas armas en el sitio. Por la noche pasaban carros y disparaban hacia la "U". Se pensaba que eran anticomunistas que querían aplastar el movimiento que consideraban con fuerte tinte izquierdista.

Habían jóvenes de la línea de Castro, otros de la de Mao de China, y los de Rusia, entre los "ñángaras" del momento. Debo advertir que sino me asombran de viejo las revueltas estudiantiles, eso no significa que las apruebo. Afectar a terceros, gente que no "tiene vela en ese entierro", no es correcto. Pero a veces es la única manera de sentirse que tiene una juventud llena de bríos, que quiere solucionar los problemas a su manera...



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