Razón tiene el gerente del Banco Hipotecario Nacional cuando se opone a una nueva condonación de los intereses morosos con la cartera hipotecaria con la institución, cuya deuda ronda los ciento veinte millones de balboas entre capital e intereses.
Al parecer esta institución, llamada a jugar una función social tan positiva en la consecución de una mejor calidad de vida de muchos panameños humildes, está condenada a pagar con sus recursos, cada vez que se acercan las elecciones, la voracidad de algunos políticos de conseguir el asentimiento electoral.
Lo más triste es que la propia población que ha visto en el Banco un garante de sus necesidades habitacionales, viene haciéndole el juego a esa práctica nociva y engañosa, sin darse por enterada que tarde o temprano, tendrá que pagar el costo de lo que, al final de cuentas será pan para hoy y hambre para mañana, pues de la salud financiera de esa entidad bancaria depende que otros ciudadanos puedan acogerse a los mismos beneficios.
Cierto es que hay casos por separado que deben ser estudiados a la luz de una visión social, tomando en consideración las altas y bajas de la economía, pero hacer de esas condonaciones una práctica frecuente es, en cierta medida, alentar la morosidad y desanimar a quienes, sacrificando cualquier otro beneficio, pagan al día su vivienda. |