Aunque usted no lo crea, un vendedor de chichas y empanadas puede ganar más dinero que una secretaria de la Universidad de Panamá. El dueño de un quiosco de buhonería de Calidonia, no le extrañe que a fin de mes haya producido más que un profesor temporal de la Universidad de Panamá. Estos y otros ejemplos de realidades favorables a pequeños y micro empresarios, las dijo hace semanas a estudiantes de Periodismo el licenciado Marcos Landecho.
A Landecho lo conozco hace más de cuarenta años, pues hicimos la secundaria en el mismo salón del Instituto Nacional. El estudió contabilidad, economía y comunicación social, así que cuenta con tres diplomas y mucha experiencia profesional. Su inquietud intelectual lo llevó a participar en un Seminario de la Organización Internacional del Trabajo, sobre la Pequeña y Micro empresa.
Solicité que diera dos charlas a mis estudiantes de Periodismo, para que ellos queden capacitados para crear pequeñas empresas y conseguir dinero para vivir. Esto es así, porque todos sabemos que no hay tantos empleos en los actuales medios masivos de comunicación.
Indicó Landecho que la actividad informal económica de pequeñas empresas, llega en Panamá hasta el sesenta y cinco por ciento de los trabajadores. Resaltó que hay que saber dirigir estas micro empresas para no fracasar, y dio buenos consejos a los alumnos. Una de las fallas principales de los panameños es que no ahorran, gastan dinero de manera exagerada, no trabajan con esfuerzo y no hacen presupuesto.
Para que el asunto no quedara en palabras, se hizo un taller donde grupos de estudiantes de segundo año, inventaron diversas empresas periodísticas pequeñas que se pueden realizar. Semanas más tarde leí un informe de unos "monos sabios", quienes sostenían que en Centroamérica la pequeña y micro empresa no era suficiente para el desarrollo. Sólo bastaba para disfrazar la desocupación y, en fin, eran pesimistas sobre su futuro.
A mí me parece que si los grandes consorcios panameños y extranjeros están quebrando, dejando sin empleos a miles de compatriotas, no está malo que surjan pequeños negocios que por lo menos permitan conseguir la comida honradamente.
Además, dudo de lo dicho por los expertos, porque he hablado con vendedores de plumas y revistas, periódicos, empanadas, y me han dicho que con esa actividad mantienen a su familia. Incluso pueden hacer que sus hijos estudien en la Universidad.
Entonces, sí hay éxito en estas pequeñas empresas, aunque pueda ser cierto que no produzcan el desarrollo brillante que desean los expertos. Para estar de vago, lamentándose, llenándose de depresión echándole la culpa al gobierno, es mejor hacer algo que produzca unos reales. Ese fue uno de los mensajes positivos de mi amigo Marco Landecho. |