Nos referíamos la semana pasada al nombramiento, por Decreto Ejecutivo, de una "Comisión Revisora del Régimen Legal del Cooperativismo Panameño". A la Comisión se le señalaba que, "en caso de determinar la necesidad de actualizar la legislación vigente, procederá a elaborar una propuesta de Ley que contemple el fortalecimiento del Instituto Panameño Autónomo Cooperativo".
Consideramos nosotros que, si del fortalecimiento de la institución se trata, asignándole mayores recursos económicos y humanos y proponiéndose metas anuales verificables, se conseguiría el propósito deseado.
Tanto la Ley 24 de 21 de julio de 1980, por medio de la cual se creó el IPACOOP, y que recientemente le permitió celebrar sus Bodas de Plata, como la Ley 17 de 1 de mayo de 1997, "por la cual se desarrolla el artículo 283 de la Constitución Política y se establece el Régimen Especial de las Cooperativas" y reglamentada por el Decreto Ejecutivo No. 137 de noviembre de 2001, son los instrumentos necesarios para fortalecer el cooperativismo.
La Ley 24, entre otras disposiciones, por ejemplo, en su artículo 3, literal "D", le atribuye al IPACOOP, "promover la integración cooperativa en el país, a fin de lograr el fortalecimiento y desarrollo cooperativo a través de organismos superiores". Es decir crear cooperativas, federaciones y posteriormente la confederación. ¿Que se necesita para ello?, recursos económicos y una clara conciencia de la labor que deben desempeñar sus funcionarios.
El Decreto Ejecutivo No. 137, en su Capítulo II, art. 4. reglamenta el funcionamiento de las cooperativas según sus finalidades y las clasifica por tipo y actividades. Son 13 tipos de cooperativas, con posibilidad de que surjan otros tipos y sólo tiene el IPACOOP que hacer cumplir las disposiciones establecidas, sin subterfugios, sin "el juega vivo" y velando por el cumplimiento de los valores cooperativos. ¿Qué más se necesita?
Mucho cuidado!, no nos metamos en terreno que desvirtúen la verdadera misión cooperativista.
Y tenemos que insistir en la mala práctica de Unión FENOSA de incluir, arbitrariamente, en nuestra cuenta de luz mensual, publicidad de una financiera que como todas, nos ofrece dinero para vivir empeñados por el resto de nuestros días.
Agradecemos a la funcionaria del Ente Regulador, la última que, con admirable paciencia escuchó nuestras quejas y que al final, muy cortésmente nos dijo: "yo haré llegar sus quejas al lugar correspondiente".
Una amable respuesta que, seguro estoy, caerán en oídos sordos. Porque ni es la primera vez que me quejo, ni será la última.
Mi cuenta mensual seguirá aumentando, a pesar de todos los esfuerzos por ahorrar energía eléctrica, hasta el punto que mi compañera me ha insinuado comprar una lámpara de querosín. Pero yo seguiré pensando que el que no llora...
