Mensaje al corazón

Rómulo Emiliani
Monseñor
¿Que es ser fiel? Comúnmente decimos que el perro es fiel al hombre y que es su mejor amigo, pero no escuchamos a menudo decir lo mismo del ser humano. ¿Qué curioso verdad? A lo largo de nuestras vidas, nos encontramos con situaciones donde podemos demostrar que somos fieles o bien lo opuesto. Nuestro Señor Jesucristo sabía que uno de sus apóstoles lo traicionaría, habiendo sido El fiel hasta el final aún con sus enemigos. Y es fiel con todos nosotros; no importa cuánto le ofendamos, le injuriemos o le taladremos el corazón con cada uno de nuestros pecados porque El nos sigue amando y Amar es ser fiel. A más amor, más fidelidad. Sólo Nuestro Padre Celestial puede amarnos tanto a cambio de nada. Fidelidad es mantenerse perseverante con amor y con firmeza ante un ideal, una meta, una persona y con mayor razón ante Dios. Comete traición aquél que abandona al amigo cuando más lo necesita, anteponiendo sus intereses a todo. Recordemos como Judas Iscariote traicionó a su Maestro vendiéndolo por 30 monedas. Con esta traición iban todas juntas las traiciones del mundo. Se estaba matando en vida a Jesús hecho hombre, al Hijo de Dios. Fue la traición más grande que se haya visto en la historia. Y a pesar de todo esto Jesús nos legó su cuerpo y sangre para que fuese derramada y borrara así nuestros pecados siendo purificados y salvados. ¡Oh, cuánto nos ama Dios! Fidelidad... ¡qué virtud tan maravillosa! Pero qué difícil de alcanzar. Fidelidad es apreciarnos, valorarnos y queremos a nosotros y a los demás. Es respetar una promesa, una palabra dada. Recuerde que donde hay fidelidad existe amor auténtico; es como una gran "prueba de amor". Hubo una madre que sufría mucho porque su hijo era alcohólico. Este la maltrataba. Su madre, que siempre le fue fiel, oraba y le perdonaba, y en su lecho de muerte le perdonó una vez más y prometió seguir orando por él en el cielo. Este hombre a partir de su muerte cambió radicalmente. Fidelidad es sacrificio, renuncia, heroicidad; es dar la vida por una causa, por un ideal y prueba la calidad humana de una persona. Hace un siglo, en Francia, un mayordomo-sacristán mató a un sacerdote, luego se confesó y aún con las manos ensangrentadas, le manchó la sotana blanca a su confesor. Inculparon a este otro sacerdote del crimen y no hubo manera de probar su inocencia. El Santo Padre hizo todo lo que pudo para salvar la vida del pobre sacerdote, pero fue condenado a muerte y prefirió morir siendo fiel al juramento de no hablar jamás las faltas y pecados de los que se confiesan. Se llevó a la tumba el secreto de aquel pecado. Más tarde se supo la verdad. Eso es ser fiel. Es necesario amar mucho para ser fiel. ¿Es usted fiel a Dios, a una persona, a un ideal? Hay que conocer lo que se ama. Por eso decimos que para amar en verdad a Dios hay que conocerlo plenamente. La fidelidad es una virtud necesaria para convivir entre hermanos. Un digno ejemplo de fidelidad en nuestros tiempos es la Madre Teresa de Calcuta, con los moribundos. Ella no veía raza, color, credo o ideas políticas. Cumplía con ello y los ayudaba a bien morir. Otro ejemplo de fidelidad fue San Antonio María Claret; fue fiel a Dios a pesar de los 14 atentados que sufrió. Cada quien sabe si es fiel o traidor. La palabra dice: "El que es fiel en lo poco, lo es en lo mucho". Hay que tener ideales y metas para perseverar hasta el final, pues el que "persevera hasta elfinal se salvará", dice Jesús. Debemos estar cerca del Señor para ser fieles. Humanamente no podemos, necesitamos de Dios. Pidámosle la fuerza necesaria para no fallarle. Sea fiel, con Dios se puede, porque, ¡Con Dios somos... invencibles!
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