Hombres panameños son animales sexuales
Amar es el regalo más grande que el creador le ha dado al hombre para que pueda tener una vida en unión; lo importante es saber mantenerlo. Los pequeños detalles en la pareja son un símbolo trascendental para una relación duradera.

Larissa De León Gutiérrez
Crítica en Línea
Los hombres en Panamá y a escala mundial realizan acto sexuales como animales. No toman en cuenta los sentimientos de las mujeres, ni siquiera les importa si ellas obtienen satisfacción o una relación sexual placentera, afirmó la sexóloga Nelyda Gligo. La doctora Gligo destacó que los hombres deben procurar saber qué es lo que le gusta a la mujer, dónde le gusta que la toquen. Existen puntos erógenos, como el cuello, pezones, pies, y especialmente el dedo gordo. La mujer con esto siente una relajación y siente el deseo de entrar en un acto sexual o esta preparada para la penetración. Los besos y caricias deben manifestarse en esta etapa del acto. Para Gligo, el sexo tiene otra connotación. Primero es procrear y segundo elevar el nivel energético para no perderlo. “El hombre cuando fornica (sexo con otra que no es su esposa) pierde un gran porcentaje de la energía de su cuerpo, ya que el semen se derrama y pierde parte de su energía vital y creativa”, resaltó Gligo. Según la sexóloga, el estrés es uno de los factores que afecta a hombres y mujeres. El hombre no tiene deseos sexuales debido a sus compromisos laborales y extramatrimoniales, y no puede atender a su familia. La entrevista resaltó que desde el punto de vista científico, el estrés baja la testosterona (hormona masculina), lo cual trae grandes incidencias en el acto sexual; en la mujer pasa lo mismo por falta de la progesterona. “Las quejas que más acogemos en la clínica son que las mujeres no tienen orgasmo, pero no por problemas de ellas, sino por la falta de estimulación de parte del hombre antes de iniciar el acto sexual”. El hombre debe entender que de buenas a primera no puede realizar un acto sexual sin cortejar primero a su pareja, manifestó la sexóloga. La mujer necesita una relación armoniosa, realizar el acto sexual en una habitación privada, empezar a dialogar y a enamorarse como lo hace el palomito titibú. Eso son aspectos que debe considerar el hombre para satisfacer a la mujer, destacó la Doctora. En las relaciones sexuales no debe haber resentimiento, ni sentimientos de culpa, porque eso estropea el acto sexual. El hombre debe saber si la mujer tienen orgasmos vaginales u orgasmos en el clítoris. En el sexo común y corriente, hablando desde el punto de vista energético, los orgasmos son inducidos a través de la columna hacia el cerebro, lo que representa el placer más grande que puede tener el ser humano, porque no se desgasta su energía, es una técnica que se debe aprender con la pareja, porque en ella no se derrama el semen. Las parejas deben aprender a manejar mejor las relaciones sexuales no sólo con fines de placer sino elevarse energética y espiritualmente, y no ver el sexo como un acto animal, sino un acto sublime de amor entre dos personas que se aman. En una encuesta realizada a 50 mujeres de diferentes estratos sociales, se pudo conocer que a la mayoría de ellas le gusta que los hombres sean amorosos, atentos, detallistas, comprensivos, comunicativos y fieles. Esto quiere decir que la idea preponderante de la sexualidad, es sólo una prioridad de los hombres y no de las mujeres. Estas hacían alusión al mal comportamiento que hoy día tienen los hombres hacia las mujeres en cuanto a la infidelidad y la falta de detalles en el amor. Para ellas los hombres deben aprender que las rosas, los paseos, los besos y demás caricias son importantes para que una relación dure para toda la vida. Además, muchas de las mujeres destacaron que el tamaño del miembro del hombre no es importante en el acto sexual. Mientras que otras manifestaron que en el sexo que se realiza por deporte, el tamaño sí importa; pero, en el sexo que se realiza por amor, las medidas son secundarias. Mientras, la psicóloga Gabriela Soto destacó que las mujeres esperan de una buena relación respeto, comunicación, el poder compartir las mismas actividades, expresar los sentimientos, amistad, paz y armonía. La entrevistada destacó que a pesar de que los hombres y mujeres en el fondo desean lo mismo del amor, la manera de buscarlo es diferente. Por ejemplo, cuando una mujer habla de compartir, se está refiriendo a conversar y comunicarse verbalmente, mientras que para el compañero compartir significa salir a caminar juntos o hacer el amor. Según Soto, esto es notorio en la formación desde la infancia. Las niñas pasan mucho tiempo dominando el arte de compartir sus intimidades y sentimientos, mientras que los varones consideran que logran
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