Panamá lleva una serie de rutas irreversibles en lo político y social: la llegada de Cambio Democrático (CD) al poder y la Red de Oportunidades impulsadas por el gobierno anterior. Estos son dos acontecimientos que marcan un nuevo Modelo País que busca fortalecer el compromiso con la lucha contra la pobreza y la disminución de la desigualdad.
Ahora, ha llegado un grupo de empresarios con visión y con clara conciencia de que el desarrollo de oportunidades permitirá disminuir las brechas de desigualdad y un verdadero crecimiento de Panamá. Ejemplos de estas iniciativas que han dado un impulso de grandes proporciones a la agenda social son: el programa para jubilados 100 a los 70, la beca universal, el proyecto de Curundú, las políticas para incentivar la inversión y creación de puestos de trabajo, entre otros.
Quizás en lo que ha fallado el Gobierno es en el manejo de la comunicación, pero no nos referimos a publicaciones. Nos referimos al contacto con la base popular.
En gobiernos pasados existió la Planificación Provincial, que era la forma permanente de dar seguimiento a las necesidades por provincias, distritos y corregimientos.
Entre las funciones de la Planificación Provincial se evaluaban las inversiones, las necesidades y se discutían éstas en el Consejo Provincial. Los resultados eran unos informes mensuales que se le enviaban al Ejecutivo y cuando se llegaba a cualquiera región, de antemano se conocía de la materia. Al realizarse la transformación en el MEF, se creó un vacío en materia de planificación desde microsectores hasta el nivel provincial.
El saber esto permite comunicar a las bases directamente los cambios, la dirección que está buscando el modelo país que se ha trazado.
Bocas del Toro es el mejor ejemplo, como lo ha reconocido el presidente Ricardo Martinelli, de que la falla principal fue la comunicación y, ahora tendrá que hacer los correctivos, porque es la desinformación lo que prevalece.