EDITORIAL
Violencia entre estudiantes panameños
El viernes se produjo un hecho que se veía venir. Un estudiante ultimó a otro de una certera puñalada, en medio de una riña que se registró en un autobús que cubre una de las rutas del distrito de San Miguelito.
A menudo se conoce de altercados entre estudiantes de diferentes planteles, saliendo a relucir armas blancas y de fuego, sin embargo, no se toman las medidas pertinentes para llevar a cabo una cultura de paz en las escuelas y buscar alternativas que conlleven a la solidaridad.
Los estudiantes no deberían verse como enemigos, pues sin importar el colegio al que pertenecen, tienen el mismo fin. Desde estas etapas estudiantiles se empiezan a formar los pilares de la personalidad de quien será el hombre o la mujer productiva del país, pero con esa misma política mezquina intentan posteriormente conducirse por los caminos del desarrollo de la nación.
Y es en la plataforma de la realidad donde se reflejan esas actitudes que tuvieron sus cimientos en edades tempranas. Los padres por un lado son responsables de las conductas de sus hijos, y por el otro lado, las autoridades educativas.
La situación es seria y no se debe dar un maquillaje a una realidad que se está saliendo de control. Junto con las medidas que se tomen, se deben ofrecer alternativas de solución permanente y no efímera.
El Ministerio de Educación y los directores de colegios como el Artes y Oficio e ITAE, no deben permitir alumnos violentos en sus planteles y el que insiste en acciones de pandillerismo debe ser expulsado y puesto a órdenes de las autoridades competentes.
No se puede ser alcahuete con ese tipo de alumnos. A los colegios se va a estudiar y las únicas armas son los libros. El que no entienda eso, no tiene derecho a permanecer en las aulas escolares.
PUNTO CRITICO |
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