El Mundial acabó con 145 goles, dos menos que el disputado en 2006 en Alemania, donde se marcaron 147 y con cinco futbolistas empatados a cinco tantos como máximos goleadores del torneo.
Esta lista la integran David Villa (España), Diego Forlán (Uruguay), Thomas Müeller (Alemania) y Wesley Sneijder (Holanda).
La media de goles en este Mundial ha sido de 2, 29 goles por encuentro, frente a los 2, 30 del anterior y se encuentra entre las más bajas de la historia de la Copa del Mundo, que tiene un promedio en sus dieciocho ediciones anteriores de 2,91 goles por encuentro.
En Italia 90 se registró, con 2,21 goles por encuentro, la media más baja por partido de un torneo mundialista, mientras que en 1954, con 5,38 goles por encuentro, se obtuvo la más alta.